La Emperatriz

A diferencia de la Sacerdotisa, la Emperatriz representa el mundo terrenal, físico. La Emperatriz es la Madre de todo, la diosa de la Tierra y de la fertilidad. Todas las criaturas del mundo somos sus hijos. Su finalidad es el Amor por el amor, manifestándose a través de los gestos y sentimientos más dulces y cariñosos.

Ella nos enseña a amar ya que no es otra cosa que el amor lo que hace que nuestra vida crezca y se enriquezca. Es la Diosa del amor incondicional, ese que no se guía por la razón. La emperatriz aleja de nosotros todo lo sombrío, las fatalidades, la fría oscuridad y llena nuestra vida de felicidad y satisfacción, de alegres sentimientos y emociones. Nos otorga el elixir de la vida eterna.

La Emperatriz nos enseña a reconocer y conocer nuestras propias emociones y sentimientos mediante la expresión de los mismos, nos recuerda que cada persona es bella por sí misma, y no tiene necesidad de cambiar.

También nos recuerda la importancia de reaccionar positivamente ante los reveses de la vida.

Aspectos negativos de La Emperatriz:

Ausencia de firmeza, abandono de sí misma, sobre protectora, tímida, demasiado dulce, demasiado sensible, miedo a la soledad, temerosa del afecto que se le brinda, lástima, compasión, antipatías, dependencia emocional, se siente fácilmente herida, ofendida o rechazada.

Palabras claves de La Emperatriz:

Preocupación desinteresada por los demás, acogedora, reproducción, embarazo, cosecha, bondad, amabilidad, sabiduría, dulzura, gestos cariñosos, aficiones, familia encantadora, cortés, comadrona, ecuanimidad, paciente, elogiosa, simpatía, discreta, entregada, empatía, abundancia, gratitud, compasión, compañerismo, belleza interior, autoestima, protectora, reveladora.